martes, 10 de enero de 2012

LO MALO DE TENER UNA BUENA IDEA (O tipos atrapados por un comentario fortuito)




1.- No siempre es bueno tener buenas ideas, o mejor, no es bueno tener esa idea. Esa idea que creíste fuera de lo común, esa idea que te pondría en el mapa. En ocasiones es la idea la que te atrapa. Y cuando esto ocurre, ¿qué hacer? Hay artistas y escritores que no saben salir de esa idea. No saben driblarla a tiempo, o se sienten demasiado atraídos por los resultados que reporta. Entonces, como dice el poema de Wallace Stevens: "¿Qué decir? ¿Qué hacer?".

2.- "Primero tus amigos, después tus profesores, después tus marchantes y después coleccionistas, críticos, comisarios y todos los demás miran mientras la idea crece, prospera y se hace esperar. Y la idea que tuviste deja de serlo y se convierte en un producto, una lista de espera, un calendario, una línea de producción. Ahora esta idea es Clásica, Deluxe, Serie o Definitiva. Se hace de bolsillo o mural. Ahora comes mejor y mandas tu ropa a la lavandería. Tu agenda engorda, como tú... Fue una buena idea. Todavía es una buena idea, pero no la única. Hay fuerzas activas, sin embargo, para mantener las cosas como están. Fuerzas del mercado, la psicología, la paranoia, un sentido de la autoestima. Si cambias ahora de camino ¿se borrará la idea original? Los coleccionistas se ponen nerviosos. Si cambias ahora, ¿pensará la gente que te has vuelto loco?... Manténte en tu sitio, sigue tranquilo. Eres un tipo atrapado por un comentario fortuito, estancado en una vieja rutina". (Adrian Searle, "Shut that Door").

3.- "El público insta al pensador a que sea alguien, a que aporte una imagen de sí mismo suficientemente nítida y determinada como para poder circular en los medios de comunicación, para poder replegarse en una fórmula, en un título, en un eslogan (para poder ser, por ejemplo, el filósofo del simulacro, o del tránsito o del enigma), pero así se cierra de antemano la posibilidad de entender lo que busca. Porque leer, pensar y escribir no es expresar una subjetividad, no es realizarse uno mismo, sino justo lo contrario, perder a uno mismo, sentir el trámite, el pasaje, el tránsito de algo diferente y extraño". (Mario Perniola, Enigmas).

4.- ¿Qué hacer con las ideas? Es un verdadero problema.